El silbido del tren La Bestia es la señal que la familia Romero Vázquez espera para salir co-rriendo de su casa a repartir cientos de comidas a los migrantes que huyen del desempleo y la violencia en Centroamérica.

Desde hace 21 años, Leónida, Norma, Bernarda, Rosa y Antonia comenzaron con la labor de cocinar hasta 40 kilos de arroz y frijol, recolectar botellas y llenarlas con agua para darles de comer a los indo-cumentados que viajaban en el tren y pasaban por la localidad veracruzana de Guadalupe, mejor conoci- da como La Patrona.

Su misión principió después de que un grupo de migrantes les pidiera un pedazo de pan. “Un día mis tías llevaban el pan para desayunar y en eso pasó el tren y los migrantes que venían en él se los pidieron. Cuando llegaron a casa de mi abue-lita le dijeron lo que había pasado y ella fue la que dijo que debíamos hacer algo”, comenta Ma-ría Karina Aguilar Romero, miembro del colectivo

La Patrona Esperanza del Migrante y estudiante de Derecho de la Ibero Ciudad de México.

Karina, hija de una de las fundadoras de La Pa-trona, se integró al proyecto cuando estudiaba la secundaria. Su tarea era recolectar botellas y lavarlas para llenarlas con agua. Como no sabía cocinar, también se encargaba de empa-quetar en bolsas el arroz, el frijol y el pan que repartían a los migrantes.

La labor que Karina realiza en La Patrona per-mitió que obtuviera la Beca de Excelencia Hu-mana y así estudiar la Licenciatura en Derecho en la Ibero. “Yo jamás pensé que la vida me recompensara así, yo lo hice por ayudar, pero sin buscar algo a cambio”.

Que Karina eligiera la carrera de Derecho tuvo que ver con la idea de seguir ayudando a los migrantes sobre todo en el tema de las violacio-nes a los derechos humanos.

Pese a la exigencia que conlleva estudiar una carrera universitaria, Karina se da tiempo para continuar con su labor en La Patrona. De hecho, espera regresar en un futuro a Veracruz y ejercer allá su carrera, defendiendo a los migrantes.

En un principio los recursos que destinaban estas mujeres a ayudar a los migrantes provenían de sus bolsillos, sin embargo, gracias a las donaciones de universidades, entre ellas la Ibero, de empresas pri-vadas y de otras organizaciones, ya no es necesario desembolsar más recursos.

Cuando la familia Romero Vázquez se dio cuen-ta de que algunos migrantes ya no usaban el tren y llegaban caminado a la localidad, deci-dieron crear el comedor para no dejar despro-tegidas a esas personas que también buscaban alimento y refugio.

La creación del comedor permitió que Karina y su familia tuvieran la oportunidad de conocer un poco más a los migrantes, de saber cuáles eran las historias detrás de su huida. Tal ha sido

el grado de complicidad entre ellos, que un día un migrante salvadoreño les confesó que venía hu-yendo de la Mara Salvatrucha, que lo quería incluir en sus filas sin su consentimiento.

Una de las satisfacciones más grandes que esta labor le ha otorgado a Karina es saber que los migrantes que ayudaron llegaron con bien a su destino y están comenzado una nueva vida. Así que las cartas de agradecimiento a ella y su fa-milia no se han hecho esperar. Pero no todo es felicidad, también les ha tocado vivir situaciones inesperadas, como ayudar a un joven que cayó del tren y perdió los dedos del pie, hasta aten-der a otro que fue herido con un arma blanca.

Karina también ha sido galardonada con el Pre-mio IBERO BREMOND FICSAC Compromiso Social a Alumnos por fortalecer la protección a los mi-grantes, participar en un proyecto de cuidado ambiental en comunidades de Veracruz y en un proyecto de alfabetización del Instituto Nacio-nal para la Educación de los Adultos (INEA).

A sus 21 años, Karina se siente agradecida de que existan becas y programas que permitan a las personas que hacen algo por los demás se-guir preparándose para usar sus conocimientos en pro de los más desfavorecidos.

María Karina recibió un premio en efectivo de 200 mil pesos para apoyar la labor que realiza en el colectivo La Patrona Esperanza del Migrante, al ser la ganadora de la categoría A favor de los Derechos Humanos del Premio IBERO BREMOND FICSAC Compromiso Social 2015.

Estefanía Cervantes

Universitaria que vive sin límites el compromiso social

Una pérdida personal la hizo adoptar la causa de quienes carecen de una extremidad
Ayuda a adecuarse a su nueva vida a los amputados, entre ellos los migrantes

Cando cursaba el segundo semestre de la Licenciatura en Administración de Negocios Internacionales en la Univer-sidad Iberoamericana Ciudad de México, Estefanía Cer-vantes Cisneros sufrió un accidente automovilístico en el que perdió una de sus piernas. Con apenas 18 años, su verdadero paso a la mayoría de edad fue sobreponerse a la pérdida que cambió su vida; acostumbrarse a su primera prótesis, regresar a la universi-dad, volver a practicar deporte y empezar a vivir sin límites.

En 2012, a menos de un año del fatal choque, Estefanía aprovechó su drástica experiencia para formar en la Ibero, su alma mater, la aso-ciación estudiantil Vive Sin Límites, que ayuda y motiva a personas recientemente amputadas a adecuarse a su nueva condición de vida, con el fin de que tengan una pronta recuperación.

El primer proyecto de Vive Sin Límites fue participar en la Segunda Caravana Soy Migrante, en la que hizo una entrega especial (muletas, sillas de ruedas, medicamentos, comida, entre otros) al Albergue Je-sús El Buen Pastor, de Tapachula, Chiapas, el cual recibe a migrantes que han sufrido desde una lesión hasta la pérdida de una extremi-dad, al caer del tren en el cual viajan a Estados Unidos.

Su afán por informar, sensibilizar y educar a la comunidad en general en el tema de la amputación llevó a Estefanía a organizar dos pane-les de conferencias: en 2014, “¿Cuáles límites? deporte, innovación y nuevos horizontes para personas amputadas”, y en 2015, “Alas para volar: retos, metas y realidades de personas amputadas en México”, realizado en colaboración con la Sociedad de Alumnos de Ingeniería Biomédica de la Ibero.

Eliminar de su vocabulario la frase “no se puede” le ha permitido a Cervantes hacer de su voluntad y ganas de luchar el medio para cam-biar su entorno, específicamente el de los amputados, grupo vulne-rable con necesidades por atender que adoptó como causa, y para el que ella pone a su disposición sus conocimientos e ideas por medio del servicio comunitario.

Para Estefanía ser estudiante y egresado de la Ibero va más allá de la excelencia académica. Es aprovechar el privilegio de haber tenido una formación integral, para convertirse en los mejores universita-rios para México y para el mundo, al contribuir con su talento en la

“Quien no vive de algún modo para los demás, tampoco vive para sí mismo”.
Michel de Montaigne, filósofo y humanista francés

transformación de la realidad, para tener un mejor entorno para to-dos, especialmente para los menos beneficiados y los excluidos.

“La sinergia entre la parte académica y la social permitirá brindar mayor información y difusión sobre la discapacidad, y resaltar la im-portancia que reviste para las personas amputadas contar con una prótesis para su reinserción socio-laboral”, afirma Estefanía, quien al ampliar los vínculos de Vive sin Límites dentro de la Ibero, participó hace dos años en el III Encuentro “Ellos tienen la palabra. Un diálogo con los defensores de derechos humanos de los migrantes”.

En ese simposio organizado por el Programa de Asuntos Migratorios (Prami) de la Ibero, Cisneros y otros estudiantes universitarios expusie-ron –en la mesa de trabajo “Solidaridad estudiantil”– cómo atienden los asuntos relativos a la migración y sus desafíos, luego de ser sensibi-lizados en este problema dentro de las aulas de la Iberoamericana.

En el marco de la convocatoria coe-ficsac 2014 Vive Sin Límites pre-sentó un proyecto para la entrega de 15 equipos a personas recién amputadas. Su cesión se hizo en el Instituto Nacional de Rehabi-litación, en abril de 2015. Desde entonces es un programa de Ampu-valia. El equipo contiene un libro o película motivacional, una venda elástica para muñón, una compresa de semillas y un tríptico infor-mativo; apoyos físicos y motivacionales para alentar la recuperación del recién amputado.

Otrora becada de responsabilidad social en asociaciones civiles como la Unión de Empresarios para la Tecnología en la Educación (donde prestó su Servicio Social), Estefanía no deja de trabajar en favor de los más desfavorecidos.

De ahí que fuera ganadora del primer lugar del Premio Ibero-Bre-mond-ficsac Compromiso Social a Alumnos 2015, categoría Apoyo a jóvenes y adultos mayores en situación vulnerable, y convirtiera a Vive sin Límites en una asociación civil ahora llamada Ampuvalia, que será beneficiada con los recursos que se colecten, por cuota de recuperación, en la XIV Carrera Atlética Ibero, a realizarse el domin-go 9 de octubre.

“Cuando pongas en práctica lo que sabes, al servicio de los demás, encontrarás la verdadera felicidad”, dijo Estefanía, universitaria orgullosamente egresada de la Ibero.

La Universidad Iberoamericana entregó el Premio Ibero Compromiso Social a Exalum-nos y el Premio Ibero-Bremond-FICSAC Compromiso Social a Alumnos 2015, a quienes destacan por su promoción de la justicia y la equidad social. Se entregaron cinco primeros lugares a exalumnos y dos a alumnos por su trayectoria en responsabilidad social, así como dos primeros lugares a alumnas, por su destacada labor en ayudar a grupos vulnerables del país.

El Rector David Fernández Dávalos, S.J., describió a los premiados como “frutos maduros, frutos positivos, que aportan creativamente al desarrollo nacional y al bienestar de los grupos más vulnerables” y añadió que los galardonados “son la mejor expresión de lo que es nuestra Universidad”.

Con 900 postulaciones, los Premios Ibero Com-promiso Social a Exalumnos contaron con cinco categorías, dirigidas a exalumnos de licenciatura, maestría o doctorado con por lo menos cinco años de labor en el interior de México o en beneficio de mexicanos.

• 1er lugar Trayectoria personal en la respon-sabilidad social, consistente de 500 mil pesos, escultura y diploma: Miguel Álvarez Gándara, de la Licenciatura en Comunicación, por sus más de cuatro décadas como analista, promotor, me-diador y asesor de diversos movimientos relacio-nados con la construcción de la paz, la justicia y los derechos humanos.
• 1er lugar A favor de la educación: José Chabot Cherem, de la Licenciatura en Ingeniería Civil, por su trabajo en la instalación de programas, equipo e instalaciones para la alfabetización, educación primaria, secundaria y preparatoria, así como en cursos de educación técnica y de-sarrollo humano para albañiles.
• 1er lugar A favor de los derechos humanos: Ri-cardo Javier González Bernal, de la Licenciatura en Relaciones Internacionales, coordinador del Programa Global de Protección de ARTICLE19 a nivel internacional, quien ha destacado en la defensa de la libertad de expresión y la protec-ción a quienes la ejercen.

• 1er lugar A favor de los derechos de género: Luis Perelman Javnozon, de la Maestría en Desa-rrollo Humano, por su labor activista en defensa de la salud sexual, y por su promoción de una cultura igualitaria e incluyente de la diversidad sexual.
• 1er lugar Apoyo al desarrollo sostenible: Isaac Escamilla Sandoval, de la Licenciatura en Filoso-fía, quien desarrolla soluciones integrales para la conservación del medio ambiente, la econo-mía alternativa, la soberanía alimentaria y el impulso a la sustentabilidad de familias rurales.

A su vez, el Premio Ibero-Bremond-FICSAC Com-promiso Social a Alumnos 2015 reconoció a los estudiantes inscritos de licenciatura o técnico superior universitario que, por lo menos desde hace dos años, se distinguen por su búsqueda de la justicia social. La convocatoria recibió cerca de 150 postulaciones y fueron tres los reconoci-mientos otorgados.

• 1er lugar A favor de los derechos humanos, consistente de 200 mil pesos, diploma y escul-tura: María Karina Aguilar Romero, de la Licen-ciatura en Derecho e integrante de Las Patronas, quien además de fortalecer la protección a los migrantes, participa en un proyecto de cuidado ambiental en comunidades de Veracruz y en uno del Instituto Nacional de Educación para la Edu-cación de los Adultos.
• 1er lugar Apoyo a jóvenes y adultos mayo-res en situación vulnerable: Estefanía Cervantes Cisneros, de la Licenciatura en Administración de Negocios Internacionales, fundadora de la orga-nización civil Vive sin Límites, que beneficia a personas que no tienen alguna extremidad, por medio de terapias físicas, rehabilitación pre y prostética, fabricación de prótesis y apoyo psi-cológico.
• Mención honorífica: María Fernanda Romero Cervantes, de la Licenciatura en Ingeniería en Mecatrónica y Producción, por su proyecto Mi Comunidad Playa Honda, en Acapulco, a favor de pescadores adultos mayores.

Además se entregaron diez menciones ho-noríficas a los siguientes exalumnos: Regina Tamés Noriega, Erick Huerta Velázquez y Francisco Xavier Martínez Esponda (Derecho); Carlos Marcín Salazar y Avital Saskia Niño de Rivera Cover (Psicología); Valente Hipóli-to Paraguirre Sánchez (Ciencias Teológicas); José Ramírez Mijares (Administración Pública); Karla Sáenz García (Diseño Industrial); Ernes-to Herrera Guerra (Ingeniería Industrial), y Ro-berto Rodolfo Olivares Ruiz (Comunicación).

En los pasados cinco años se han entrega-do 22 premios y 38 menciones honoríficas. La bolsa en efectivo para esta edición fue de un millón 700 mil pesos, proveniente de aportaciones de Fundación Bremond; el pa-tronato de la Ibero, FICSAC, y recursos pro-pios de la Universidad.

Mariana Ruenes tiene 21 años y es estudiante de Comunicación en la Ibero. Un día la invitaron a comer una hamburguesa con una muchacha perteneciente a una fundación. Mariana asistió a regañadientes; tenía mejores cosas que hacer, como salir con sus amigas, como cualquier joven universitaria. No se imaginaría lo que ocurriría en aquel almuerzo. "Yo era muy apática ante estas cosas", relató Mariana. Pero después de escuchar la historia de aquella muchacha, que había sido secuestra­da y vendida a varios hombres cuando era casi una niña, sintió que se le despertaba una fibra. Desde ese momento se entregó por completo a combatir uno de los problemas más compli­cados no sólo en nuestro país, sino en todo el mundo: la trata de personas. Así, Mariana decidió fundar la iniciativa @Sin Trata, que integra junto con sus compañeras de la Ibe­ro: Carmen Juárez, estudiante de Psicología; Polo Zaga, estudiante de Contaduría y Gestión Empre­sarial, así como Elo Regaert y Mariana Ruenes, es­tudiantes de Comunicación de la Ibero. Juntas han ofrecido pláticas en universidades privadas, repartido camisetas con la leyenda "un hombre de verdad no compra mujeres", y

actualmente planean una campaña de bateo para recaudar fondos. La asociación estudiantil, de la que Mariana hoy funge como presidenta, tiene como objetivo concientizar, sensibilizar y educar a los jóvenes sobre el problema que afecta a 27 millones de personas en todo el mundo, de acuerdo con da­tos de la Organización de las Naciones Unidas. "No sabemos de otra organización en México enfocada en el combate a la trata de personas en la que los jóvenes de nuestra edad puedan involucrarse para luchar por la libertad de los seres humanos, al menos no como lo hace Sin Trata", afirmó la joven estudiante. Mariana detalló que Sin Trata trabaja hombro con hombro con dos albergues especializados, y que hoy hay 151 niñas rehabilitadas, quienes "no son sólo víctimas, pues se han reinsertado a la sociedad". La estudiante lamentó que "las generaciones ante­riores no entienden lo que implica la prostitución", por lo que, mediante conferencias y movimientos en redes sociales, Sin Trata ha buscado eliminar las representaciones falsas del delito, como el em­pleo del término incorrecto "trata de blancas".

Por medio de Sin Trata, Mariana y sus compañeras buscarán colocar el tema del tráfico de personas para su explotación sexual en la agenda pública, por medio de aliados en otras organizaciones, periodistas y legisladores. Recordó que gracias a los esfuerzos de activistas, entre los que se inclu­yen alumnos de varias universida­des, el tema ya ha aparecido en la agenda mediática de México, país en el que más de un millón de perso­nas son víctimas de trata. La presidenta de la asociación anun­ció que para septiembre de 2014 se planea un taller de capacitación integral, en el que los jóvenes intere­sados acudirán a escuelas primarias de varias zonas del país para hablar con los niños acerca de este tema.

Desde muy joven, el trabajo en favor de los demás ha sido parte integral de la vida de Carolina Díaz Berthet, estudiante de la Licenciatura en Estudios de Arte. Como alumna de secundaria y preparatoria en el Colegio Madrid, trabajó junto con otras compañeras durante cuatro años en un programa de alfabetización rural para adultos mayores de Toluca de Guadalupe y Nicolás Bravo, comunidades rurales de Tlaxcala. En ese entonces, Carolina y sus compañeras impartieron clases para casi cien adultos mayores y talleres sabatinos para niños y público en general. Pero no se trató sólo de enseñar a leer, sino también de aprender de sus alumnos. De esta forma, Carolina conoció cómo trabajar una milpa, hacer composta y ordeñar vacas, por lo que el involucramiento entre las estudiantes y las comunidades se hizo en ambos sentidos.

Colectivo Tiandu

Al llegar a las aulas universitarias, Carolina retomó el contacto con dos de sus amigas del programa de alfabetización, con quienes comenzó a armar proyectos centrados en el planteamiento del aprendizaje de lectura y aritmética básica, el diálogo entre diferentes modos de vida y el empoderamiento, teniendo al Parque de la Tortuga, en Tepepan, como base de operaciones. Desde entonces Carolina y sus colegas de Colectivo Tiandu (“tortuga” en mixteco), que incluye a las estudiantes Lucero San Vicente y Ana Paula Ojeda, así como a tres colaboradores del parque, han ofrecido talleres de lectura que, además de impulsar el aprendizaje de esta herramienta indispensable entre adultos mayores, han servido como espacios para “tejer historias” y compartir otro tipo de conocimientos, pues todos los asistentes intercambian consejos de tejido, recetas de cocina y fundamentos de artes plásticas. Tras la experiencia de los talleres, en los que por medio de la lectura se problematiza el lugar de la mujer en la sociedad, con el fin de empoderarla, Colectivo Tiandu ha comenzado a realizar actividades los fines de semana, pues está interesado en acercarse poco a poco a la población joven, un sector que hasta hoy les ha sido elusivo.

La diplomacia y los negocios con empresas transnacionales o en ellas suelen ser dos de los mayores atractivos para los universitarios que deciden estudiar la carrera de relaciones internacionales.

Actualmente, como presidenta de la asociación Soy Migrante, Mariana aboga por los derechos humanos de aquellos que dijeron adiós a sus países de origen, con la idea de tener una mejor calidad de vida para ellos y sus familias.

Sin embargo, la cruda realidad que en su tránsito hacia Estados Unidos viven algunos migrantes en México, donde son víctimas de robos, extorsiones, trata, privación de la libertad, violaciones, golpes, insultos y un largo etcétera, ha incitado a algunos jóvenes a permanecer dentro de nuestras propias fronteras y a voltear la vista a un lugar más cercano.

Semejante labor humanitaria no pudo pasar inadvertida en la Ibero, su alma mater, que decidió entregarle el Premio Ibero-Brémond Compromiso Social a Alumnos 2014, en la categoría Trayectoria personal en la responsabilidad social. El galardón “significa dar un gran paso a favor de los migrantes, porque este trabajo ha sido visibilizado, y nos permitirá hacer algo mucho más grande a favor de ellos”.

El punto de encuentro es ahí, junto a las vías, donde las nacionalidades centroamericanas convergen. Donde los sueños avanzan al ritmo a veces lento, a veces vertiginoso, de una locomotora. Y donde también la vida se cae y esfuma durante la búsqueda del sueño americano.

El reconocimiento pareciera llegar pronto para Mariana; empero, su experiencia a favor de los más necesitados data desde que tenía 12 años, cuando se inició en el trabajo voluntario, por ejemplo, en el Albergue Huehuetoca y en Amnistía Internacional México, entre otros proyectos de beneficio social y medioambiental.

Mariana Wheelock Mac Gregor, sobrina de la célebre alpinista mexicana Karla Wheelock, ha alcanzado sus propias cimas en los corazones de miles de migrantes de Honduras, El Salvador, Guatemala o Nicaragua –madre patria de su papá–, con quienes ha podido compartir experiencias e historias.

Wheelock, desde la asociación que preside, y junto con el Programa de Asuntos Migratorios de la Ibero (Prami), ha formado parte de la Caravana Soy Migrante, que lleva ropa, calzado, comida y medicinas a distintos albergues de migrantes.

En esos lugares ella ha sentido correr en sus venas el mismo peligro que un nicaragüense perseguido por el narco, y ha cuidado a un bebé de dos meses cuyo padre falleció posteriormente en un accidente del tren. Pero también ha festejado la Independencia de México y de Centroamérica bajo el manto de una misma bandera, la de Nicaragua, que le permitió estrechar lazos con la persona con quien la pintó.

“Ahora cruzan, pueblan la distancia moviendo apenas en la luz las alas como si en un latido las unieran, vuelan sin desprenderse del cuerpo migratorio que en tierra se divide y se dispersa…”.

Migración, poema de Pablo Neruda

Una labor social desde luego tiene sus recompensas. “Mi mayor satisfacción es saber que estoy haciendo algo para cambiar al mundo, la situación de los derechos humanos en México, y sobre todo, para salvar vidas, las de los migrantes que están de paso por México”.

El nuestro, un país víctima de la corrupción, la desigualdad y la discriminación, necesita urgentemente de la otredad. Por ello Mariana no duda, a partir de la crisis de derechos humanos y de injusticias que estamos viviendo en México “en combatir eso con acciones”; e invita a los alumnos y exalumnos de la Ibero a “ser parte de una causa social, que cada quien tenga su propia causa; y a partir de eso, podamos cambiar la situación tan desfavorable que vivimos en estos momentos”.

En días recientes, la Ibero entregó el Premio Ibero Compromiso Social Exalumnos 2014 a tres de sus egresados de licenciatura y posgrado, así como el Premio Ibero-Bremond-FICSAC Compromiso Social a Alumnos 2014, que reconoció a tres universitarias por su trabajo en favor de los más necesitados.

Tal como lo señaló en el acto el Rector de la Ibero, el maestro David Fernández Dávalos, S.J., estos premios no sólo honran a nuestra casa de estudios, sino que buscan estimular a los miembros de la comunidad Ibero a comprometerse socialmente o a continuar con su trabajo en favor de los sectores menos favorecidos.

Por su parte, Pedro Padierna Bartning, presidente de Pepsico y de FICSAC, subrayó que en ésta, su primera edición, el Premio Ibero-Bremond- FICSAC Compromiso Social a Alumnos recibió más de cien postulaciones, mientras que para el Premio Ibero Compromiso Social Exalumnos 2014 llegaron 160 postulaciones.

Salud para el campo

La ganadora del primer lugar del Premio Ibero Compromiso Social Exalumnos 2014 fue Adriana de la Peza Vignau, egresada de la Licenciatura en Nutrición y Ciencia de los Alimentos e impulsora de diversos proyectos de nutrición infantil, seguridad hídrica y alimentaria, finanzas rurales, educación y equidad para el desarrollo en comunidades indígenas, con los que ha beneficiado a más de ocho mil pobladores de la Tarahumara, y

a más de dos mil 500 mujeres en 27 municipios de Oaxaca y seis de Chiapas.

Maquinaria social

El segundo lugar fue para Dulce María Martínez de la Rosa, egresada de la Maestría en Antropología Social, quien desde hace 11 años capacita en diseño artesanal a mujeres indígenas de México y Ecuador. Fundadora de Fábrica Social AC, apoya a las artesanas en la venta de sus productos, lo cual permitió que éstas aumentaran sus ingresos en más de 500 por ciento.

Por el mañana de todos

El tercer lugar fue entregado a Gustavo Adolfo Alanís Ortega, egresado de la Licenciatura en Derecho, quien desde hace más de 20 años dirige la asociación civil sin fines de lucro Centro Mexicano de Derecho Ambiental (Cemda), que promueve la protección ambiental y el derecho a un medio ambiente sano.

Además de los tres ganadores, se otorgaron menciones honoríficas para Aldo Damián Ríos, de la Maestría en Antropología Social; Ana Zarina Fiorentini, de la Maestría en Orientación Psicológica; Carlos Pulido, de la Maestría en Psicología Clínica; Daniela Rentería, de la Licenciatura en Psicología; Denise González, de la Licenciatura en Relaciones Internacionales; Ernesto Herrera, de la Licenciatura en Ingeniería Industrial y Javier Hinojosa, de la Licenciatura en Ingeniería Mecánica Industrial.

Hermano migrante

Por otra parte, el Premio Ibero-Bremond-FICSAC Compromiso Social a Alumnos 2014 fue para Mariana Wheelock Mac Gregor, en la categoría Trayectoria personal en la responsabilidad social; Amor Carolina Díaz Berthet, en la categoría Apoyo a adultos mayores, y Mariana Ruenes de la Fuente, en la categoría A favor de la educación a niñas en situación vulnerable.

Mariana Wheelock, alumna de la Licenciatura en Estudios Internacionales, es la fundadora y presidenta de la asociación estudiantil Soy Migrante, que aboga por los derechos humanos de los migrantes, por medio de labores de asistencia y concientización.

Saber es poder

Amor Díaz, estudiante de la Licenciatura en Historia del Arte, apoya a grupos vulnerables en zonas rurales y semiurbanas de México, por medio de proyectos centrados en el planteamiento del aprendizaje de lectura y aritmética básica, el diálogo entre diferentes modos de vida y el empoderamiento.

Ni una mujer más

Estudiante de la Licenciatura en Comunicación, Mariana Ruenes fue reconocida por su trabajo al frente de la asociación civil Sin Trata, la cual fundó y actualmente preside. Por medio de ésta colabora en la prevención y rescate de sobrevivientes de la explotación sexual.

Los ganadores del Premio Ibero Compromiso Social Exalumnos 2014 recibieron 300 mil pesos, 200 mil pesos y cien mil pesos, respectivamente, así como una escultura o medalla y diploma, mientras que cada una de las ganadoras del Premio Ibero-Bremond-FICSAC Compromiso Social a Alumnos 2014 recibió una escultura, un diploma y 200 mil pesos. Los reconocimientos económicos de ambos premios serán donados a los proyectos de responsabilidad social en los que trabajan los alumnos y egresados mencionados.

Las y los alumnos de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México-Tijuana se han destacado por cumplir con uno de los valores más importantes de la sociedad: el compromiso con el otro, a partir de proyectos comunitarios de alto impacto.

Es por ello que la IBERO, el patronato Fomento de Investigación y Cultura Superior A.C. (FICSAC) y la Fundación Bremond reconocieron hace algunos días a estudiantes universitarios por su aporte en beneficio de los demás.

Durante la entrega del Premio IBERO Compromiso Social Bremond-FICSAC 2016, celebrada en el Auditorio Fernando Bustos, el Rector de la IBERO, Mtro. David Fernández Dávalos, S. J., dijo que este galardón es un testimonio de reconciliación y justicia.

Expresó que es necesaria una triple reconciliación: con la naturaleza, entre los seres humanos y de éstos con Dios, para hacer frente a la crisis social del sistema mundo que pone en riesgo a la humanidad.

“Esta triple reconciliación es con la que está comprometida la IBERO y es a la que quiere contribuir. Por eso, hemos querido junto con FICSAC y la Fundación Bremond reconocer a aquellos estudiantes de nuestra Universidad que se distinguen por sus proyectos”, y que buscan un mundo más humano, justo, igualitario, participativo y feliz.

Conminó a los ganadores y a los asistentes al evento a seguir adelante con sus proyectos a favor de la sociedad, “que sigan contagiando su entusiasmo, su claridad a sus compañeras y compañeros, y a todos los que formamos parte de esta comunidad universitaria”.

Por su parte, el Mtro. Pedro Padierna Bartning, presidente de FICSAC, dijo que se reconoce la dedicación y el deseo de transformación de alumnos, pero sobre todo la búsqueda de los derechos humanos para todos desde la Universidad, “para que ustedes como nuevas generaciones se forjen como generadores de este cambio tan profundo que requiere el país”.

Recordó que desde hace 61 años, FICSAC ha buscado la transformación de la sociedad, misión que se hace realidad “de la mano de la Universidad y de los benefactores. Queremos darles las gracias por el desempeño, ya vimos que son temas muy diversos y lo que se requiere es esa intervención inmediata y próxima que están haciendo ustedes, es decir, son temas de cercanía”.

A nombre de los galardonados, María Fernanda Ledesma Eriza señaló que el premio constituye un honor por la lucha que hacen por los sectores menos favorecidos de la sociedad.

“Este premio lo recibimos no a nombre propio, sino como reconocimiento a esas personas que nos han permitido irrumpir en sus vidas, que han dado asilo a nuestros proyectos y a lo largo de nuestra convivencia nos han dotado de grandes experiencias de vida, de amor y sabiduría”.

En un emotivo discurso, comentó que “este premio es un aliciente a triplicar nuestras acciones; la sociedad exige a los jóvenes ser agentes de cambio, ser los actores de una revolución de ideas, de pensamiento, de academia, de debate, dar el 110% en cualquier rubro de la sociedad”.

Invitó a salir a “incendiar el mundo, incendiarlo con el fuego del amor de la solidaridad, el fuego que es capaz de destruir las cadenas que nos mantienen atados a la ignorancia, a los vicios, de destruir los muros que ha construido el elitismo”.

Los jurados otorgaron menciones honoríficas para estudiantes de licenciatura, quienes recibieron un diploma y una medalla de plata con la imagen de San Ignacio y la Madonna della Strada; mientras que los ganadores del Premio IBERO Compromiso Social se adjudicaron un diploma, un premio en efectivo y la escultura de San Ignacio.

Destacado

El galardón fue instaurado por la Universidad Iberoamericana Ciudad de México-Tijuana, la Fundación Bremond y nuestro patronato Fomento de Investigación y Cultura Superior A.C. (FICSAC) con el propósito de reconocer e impulsar a estudiantes que se distinguen por su solidaridad y actitud proactiva en la búsqueda de la justicia social.